El vínculo terapeuta – paciente se construye a base de confianza. El terapeuta muestra su interés en el problema planteado por el paciente a través de la “escucha activa”, a su vez el paciente se siente atendido y no juzgado, características básicas en la relación terapeuta – paciente que generan la confianza necesaria para construir este vínculo.

En un primer momento se debe mencionar el “rapport”, que no es más que la sintonía psicológica y emocional que se hace evidente en las primeras sesiones entre el terapeuta y el paciente. A partir de este primer voto de confianza que el paciente otorga al terapeuta se comienza a construir el vínculo antes mencionado.

De la misma manera, resulta imprescindible mencionar el “desinterés” a obtener un beneficio cuando se habla del vínculo terapeuta – paciente. Es evidente que el paciente tiene el claro interés de resolver su problema, sin embargo, el terapeuta se vincula desde el desinterés, es decir, no busca obtener ningún provecho de esta relación, sólo pretende acompañar y guiar al paciente en la búsqueda de soluciones que se ajusten a su problema y por tanto proporcionen alivio.

Por último, el terapeuta se compromete a guardar “secreto profesional” y a “no juzgar” los comportamientos, ni los sentimientos del paciente, características que complementan lo necesario para generar el vínculo de confianza que construye la relación terapeuta – paciente.

En resumen, el vínculo terapeuta – paciente comienza a construirse desde la primera sesión con el rapport; la escucha activa, el desinterés y el compromiso de guardar secreto profesional y no juzgar al paciente representan los elementos clave, necesarios para construir un vínculo de confianza que le permita al paciente abrirse al relato de su experiencia y emociones, lo que a su vez constituye la base del éxito en el recorrido terapéutico.